miércoles, 14 de septiembre de 2011

Sin titulo




Tu mirada atroz
mide mis días
minuciosa.
Escarba cada surco,
predice cada cambio.
Me ensombrece
la mañana
con alas negras
y en la noche
anida cansada
en mi último pensamiento.
No puedes ser tú
y yo ser yo,
la fiebre
en la percepción
nos hace alucinar,
a ti conmigo
a mi contigo.
No es posible
que ambos
tengamos esta cara,
que ambas
compitan entre si
por ser verdad,
y fuera del espejo
ser una
que otros conocen,
desde otro espejo
y quizás mejor.
Si todo
es cuestión
de panorámica,
será nuestra propia 
cercanía
la que nos impide 
conocernos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario